Hace falta creatividad. Lo llevo diciendo desde hace mucho tiempo. Mis alumnos son creativos. También se lo digo a ellos constantemente. Pero ahora voy a hablar de la creatividad en los tiempos del coronavirus. (Como El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez)
La creatividad, según el DRAE, es la ‘facultad de crear’, en su primera acepción y ‘capacidad de creación’ en la segunda. El que crea algo es creativo. Y para crear no necesitamos más que usar nuestra imaginación. Crear es fácil porque no se ciñe a ningún patrón (¡cuántas veces habré repetido eso a mis alumnos!)
«Tenéis que hacer un folleto publicitario de una ciudad inventada»– les digo.
«¿Cómo? No sé. ¿Cómo lo hago? No tengo ni idea»– me contestan siempre.
«Pero si lo más fácil es inventar porque nadie os puede decir que está mal. Ha salido de vuestra imaginación y es lo que vosotros habéis querido que sea» — algunas caras de sorpresa, otras de incredulidad, algunos con la de «aún no me lo creo, no te quedes conmigo».
Así llevo muchos años diciéndoselo a mis alumnos y así lo digo ahora en esta «extraña» época que estamos viviendo: vamos a utilizar la creatividad para intentar salir medio cuerdos de todo esto.
Pocos profes están pidiendo tareas creativas a sus alumnos. Tareas que hagan que sus mentes se evadan de la realidad y que, por un rato, ayuden a que piensen en otra cosa, o mejor, que no piensen y que se dediquen a «crear».
Desde mi punto de vista, no se trata de volvernos locos y volverlos locos con cantidades ingentes de actividades que no seríamos capaces ni de hacer nosotros mismos en una hora de clase, (lo veo en mis alumnos, pero también lo veo en mis hijos). No se trata de avanzar materia y explicar con vídeos cosas que no hemos visto en clase, cuando nunca hemos usado el sistema Flipped (que, por otro lado, no consiste simplemente en colgar vídeos con contenidos que queremos enseñar y que aprendan). No se trata de abrumar, ni de agobiar… ¡NO!
Se trata de acompañar, se trata de hacer más llevadera la situación, se trata de mantenernos y mantenerlos ocupados, se trata de evadir nuestros pensamientos y liberarnos del «encierro». Y para hacer todo esto, lo que necesitamos es CREATIVIDAD.
Os mentiría si os dijera que no he mandado tareas a mis alumnos. He mandado alguna ficha de sintaxis en 2º de ESO, he mandado algunos ejercicios de morfología en 1º de ESO, he mandado sintaxis y reflexión lingüística en 1º de Bachillerato. Pero también les he mandado leer algún libro. Les voy a mandar ver alguna obra de teatro online. Quiero que hagan alguna actividad de escritura creativa y, por supuesto, les he ofrecido una versión del #Anticuaderno #yomequedoencasa.
Por ahora la tienen colgada en Classroom los de 2º de ESO, que son con los que trabajo el #Anticuaderno, pero a través del blog, de las redes sociales y del resto de mis grupos de Classroom la voy a ofrecer a todo el que quiera: alumnos de cualquier curso, antiguos alumnos, compañeros profes, madres y padres, a mi familia…
Así es que, la creatividad en los tiempos del coronavirus tiene que fluir y tenemos que dejarla brotar. Usemos nuestra mente para generar pensamientos positivos: rayos de sol para días de lluvia, como he querido llamar a estos pensamientos. He aquí mi propuesta.
Y os animo a todos los que queráis participar y que «creéis» algo, que compartáis vuestra experiencia o el producto final o vuestras sensaciones… en los comentarios del post, en Twitter o en Instagram, en Classroom, por mail, como sea, pero que saquéis vuestras emociones y nos hagáis partícipes a los demás de vuestra creatividad.
#Anticuadernoyomequedoencasa #claselenguaberta
Seguro que, al menos, pasamos un rato divertido y estamos entretenidos. Eso os lo garantizo.
Tengo bastante olvidado el blog, por falta de tiempo y mi propósito de escribir una entrada al mes, se ha quedado en nada. Pero me resisto a abandonarlo y a no contar algunas de las cosillas que vamos haciendo en clase. Aprovecho ahora que tengo un hueco para hablar del «viaje a Máthisiland» que estamos haciendo en 2º de ESO. Quien quiera unirse a la aventura que abroche su cinturón que seguridad que en tres, dos, uno… ¡Despegamos!
¿Qué es esto de Máthisiland?
Máthisiland mapa
Sí, quizás debería empezar a explicar qué es Máthisiland y por qué viajamos allí.
«Máthisi» que viene del griego y significa ‘aprendizaje’ y «land» del inglés y cuyo significado es ‘tierra’, forman el neologismo «Máthisiland», que es el nombre que se me ocurrió darle a un supuesto país al que íbamos a viajar durante todo este curso en 2º de ESO. La idea era trabajar por proyectos y, aunque no son propiamente proyectos lo que estamos haciendo, sí es un inicio y un intento para empezar a trabajar de una forma diferente y con otras metodologías más activas. Y lo más importante… el libro de texto lo hemos dejado aparcado. Eso de llegar a clase diciendo: «¡Abrid el libro por la página…!» pasó a la historia. Al principio da un poco de vértigo (antes había trabajado sin él determinados contenidos, pero no todo), aunque rápidamente me acostumbré y mis compañeras de 2º y yo estamos elaborando los materiales a nuestro aire.
Organización
Proyecto 3
Para dotar de cierto orden a lo que estábamos haciendo, decidimos hablar de proyectos (que ya he dicho que no son exactamente eso) y de organizar los contenidos en seis proyectos, dos cada trimestre. En cada uno de estos proyectos incluimos contenidos de los cuatro bloques que marca la ley e intentamos que tuvieran una conexión entre ellos. Eso lo conseguimos con la elaboración de un producto final que, aunque no hemos sido capaces que tenga que ver con todos los contenidos del proyecto, sí tiene que ver y se ponen en práctica bastantes de ellos. Así los proyectos quedaron de la siguiente manera:
Proyecto 1: El producto consistía en crear un avatar que los representara y que fuera el que, como representante de los alumnos, realizara el viaje a Máthisiland.
Proyecto 2: En esta ocasión debían realizar una conferencia en la que sus avatares hablaran de Máthisisland, de cómo era, de lo que allí habían encontrado…
Proyecto 3: Una vez llegados a Máthisiland, tendrían que intentar conocer la lengua que hablan allí e inventar un minidiccionario de palabras y expresiones aceptadas por la Real Academia mathisilandina.
Proyecto 4: Impresionados y admirados por la maravillosa tierra de Máthisiland, los alumnos querrán que más gente venga a conocerla y de ahí que tengan que crear un folleto publicitario.
Proyecto 5: El hallazgo de Máthisiland y el haber conocido este lugar ha sido tan emocionante, que realizaremos una cápsula del tiempo donde incluyamos mensajes para la posteridad, cartas, notas, poemas… propios de Máthisiland y creados por los alumnos, ya como expertos en esta tierra.
Proyecto 6: Para finalizar, los especialistas en Máthisiland, tendrán que dotarla de una gramática, al estilo de la Gramática castellana, de Elio Antonio de Nebrija.
Algunas cosillas más…
Además de todo esto, estoy intentando fomentar más el trabajo por parejas y en grupos. También estoy tanteando el plantear actividades en forma de retos y ya han tenido que ayudar a Blanca a escribir un pequeño discurso motivacional para el grupo de personas que está a su cargo en su nuevo trabajo; han firmado un contrato de trabajo nada más y nada menos que con Lope de Vega, para ayudarle con unos versillos; o van a tener que redactar una instancia para solicitar de manera formar que su profesora de Lengua (es decir, yo) les ponga un diez en esa actividad.
Lo visual sigue teniendo un lugar importante en clase y han tenido que elaborar cartas de una baraja visual con algunos de los conceptos que hemos trabajado; los índices de contenidos de cada proyecto son mapas de la isla de Máthisiland, planos de la ciudad, planos de las paradas del metro, etc.
Proyecto 3
Al finalizar cada proyecto se hacen conscientes de todo lo que han aprendido con la elaboración de un «diario de aprendizaje».
Desarrollan la expresión escrita con la elaboración de definiciones con la «Definición de oro» o con la creación de varios hilos de Twitter (analógicos) que iniciamos a partir del tweet de un muy interesante y divertido hilo de Germánico @elbardodelmetal.
Hilos de Twitter
Continúan expresando sus emociones y conociéndose con el #anticuaderno.
Anticuaderno.
Sigo contando historias al principio de la clase.
Y la creatividad sigue siendo la bandera que enarbolo todos los días. Porque la creatividad nos lleva donde la realidad no puede llevarnos. Porque la creatividad ayuda a desengrasar todos los engranajes de nuestra mente. Y nos ayuda a plantear soluciones distintas a los problemas de nuestra vida y a que esta tenga otro color
¿Un post titulado «En conclusión…» en el mes de diciembre? Sí, ¿por qué no? No concluye el curso, ni mucho menos, pero sí va llegando a su fin el primer trimestre y, la verdad, es que creo que es necesario echar la vista atrás para comprobar que hemos caminado, que hemos aprendido y, por supuesto, que hemos hecho un montón de cosas. Igual que este curso estoy pidiendo a mis alumnos que de vez en cuando escriban su diario de aprendizaje, también voy a escribirlo yo. ¿Quieres pasar y acompañarme?
Nuevas metodologías
Este verano he leído algunos libros sobre metodologías activas; he bicheado diversas webs de compañeros que comparten su trabajo y reflexionan sobre otra educación; he seguido por Twitter (y sigo) de cerca lo que hacen profes tanto de Secundaria, como de Primaria en sus aulas con sus alumnos… Con todo esto me formé una idea de cómo quería cambiar mi metodología y hacia dónde quería ir y empecé el cambio. Me lancé a la piscina casi sin darme ni una ducha antes… 🙂
Quería gamificar, hacer Flipped Learning, trabajar por proyectos (ABP), hacer ABR… Lo quería todo.
A día de hoy no sabría decir si he usado una metodología, otra, ninguna o todas. Lo que sí sé decir es que he dado otro paso más para enseñar de otra manera y para que mis alumnos aprendan de otra manera. Al principio me preocupé porque quería hacer Flipped Learning, pero no había recursos técnicos suficientes en mi instituto. O quería hacer ABP, cuando nunca lo había hecho antes. Incluso quería emplear una metodología activa en 2º de Bachillerato (con el monstruo de la Selectividad agazapado en la esquina, esperándonos…).
Con el paso del tiempo esa preocupación se fue disipando porque me di cuenta de que estaba cumpliendo mi objetivo, qué más da cómo o qué más da la terminología. Ahora no llego, suelto el rollo y me voy. (Antes lo hacía poco, pero tengo que reconocer que lo hacía). Ahora en mis clases no hay, eso, «rollos». Ahora mis alumnos aprenden los contenidos con actividades diversas, trabajan individualmente, por parejas, en grupos, deducen e inducen información, hacemos aún más actividades creativas. Ha sido todo un reto y una aventura de la que ya no puedo dejar de participar.
Vamos a concretar
Mucha palabrería, pero ¿qué has hecho, Berta? Sí, voy a concretar y a compartir algunas de las actividades, dinámicas y demás tareas que he puesto en marcha en estos dos meses y medio que llevamos de curso. Así es que, en conclusión…
2º de Bachillerato
Empiezo por 2º de Bachillerato porque es del nivel del que estoy más satisfecha. Era al que más miedo le tenía y es en el que estoy viendo mejores resultados y en el que la dinámica de trabajo me está gustando más.
En este trimestre teníamos que tratar la narrativa en el siglo XX. Se me ocurrió estructurar el trabajo en tres bloques de seis clases: dos para la teoría de Literatura, dos para el comentario de texto y otros dos para ejercicios de Lengua y para poner en común los resultados del trabajo de Literatura. De este modo, mis alumnos han visto toda la narrativa del siglo XX, han manoseado los apuntes, han tenido oportunidad de buscar información en sus móviles en clase (bendita tecnología), han experimentado con algunas aplicaciones sencillas como What´s fake, Prezi o Quizizz…
Actividades
En primer lugar tuvieron que hacer una línea del tiempo con los principales acontecimientos históricos del siglo XX y los movimientos literarios más relevantes. A continuación, resumieron la narrativa anterior a la Guerra Civil con un Visual Thinking, estudiaron el tema de la narrativa de los 40 a los 70 preparándose para un concurso 10×15 (quince preguntas sobre el tema que ellos mismos habían elaborado con las que podían conseguir un diez si no fallaban y si no utilizaban los «comodines» de los apuntes, de un compañero y de la maestra), además de un test realizado con Quizizz y, finalmente, han aprendido la narrativa de los 70 a nuestros días simulando conversaciones falsas de WhatsApp con What´s Fake entre los distintos autores de la época, entre unos amigos charlando sobre el tema o, incluso, entre las mismas novelas…
Foto original de @bertaocana
Foto original de @bertaocana.
Para comprobar que se había leído El árbol de la ciencia, hicimos una prueba oral y escrita en la que ellos pensaban las preguntas y tenían que hacérselas a los compañeros. Para Los girasoles ciegos han hecho una valoración del libro, han definido a los personajes y sus relaciones y han reflexionado sobre si les gustan todos los relatos tal cual están o si, por el contrario, cambiarían algo de alguno. También van a hacer fotos representando los cuatro relatos, las cuatro derrotas (Esto aún lo están haciendo, pronto pondré el enlace).
También han hecho comentarios, analizado oraciones, corregido sus propios exámenes, hecho actividades diversas de Lengua, corregido análisis de oraciones equivocados adrede… Creo que podría resumirse todo con dos ideas finales:
El otro día tuve que faltar a clase y teníamos una prueba para comprobar que se habían estudiado la narrativa de los 70. No hubiera pasado nada si no la hubieran hecho pues tenía notas más que suficientes para evaluarlos. No hacía falta que yo estuviera en la prueba porque sabían qué tenían que hacer y el tiempo del que disponían… Para mí fue un alivio.
Cuando anuncié que para comprobar la lectura de Los girasoles ciegos podían utilizar el libro, una alumna me dijo: «¡Maestra, eres una cajita de sorpresas!». Me encantó y además definió muy bien en lo que estoy intentando convertir mis clases y su aprendizaje, en una sorpresa.
2º de ESO
Lo primero que quiero decir de todo lo que hemos hecho en 2º de ESO es que: no he tocado aún el libro de texto. No nos está haciendo falta. Mis compañeras de 2º de ESO y yo decidimos a principio de curso trabajar por proyectos. Creo que lo que estamos haciendo no es exactamente eso, pero ha sido un cambio metodológico grande, al menos para mí.
Hemos organizado los contenidos como hemos querido, intentando conectarlos todos de algún modo. Hemos presentado la asignatura como un viaje a una tierra desconocida: MÁTHISILAND (la tierra del conocimiento). Cada bloque de contenidos tiene una producción o proyecto final, el primero fue la creación de un avatar y el segundo la elaboración de una conferencia donde cuenten al mundo un descubrimiento, hallazgo o invento que sólo hay en Máthisiland.
Trabajamos los contenidos a partir de actividades en las que los tienen que deducir o inducir. La creatividad está presente en casi todo lo que hacemos. Hay audios, vídeos, hemos eliminados los exámenes. Han realizado actividades individuales, en grupo y por parejas. Hemos doblado algún vídeo. Estamos haciendo escritura creativa a través de «hilos de Twitter» analógicos. Seguimos con la definición de oro, con las historias, han resuelto retos, reflexionamos sobre lo que aprendemos con el diario de aprendizaje, seguimos con el #anticuaderno, empleamos lo visual y el Visual Thinking en diversas actividades…
Ikigai. anticuaderno. Foto original de @bertaocana
ABR. Foto original de @bertaocana
Foto original de @bertaocana
Otros cursos
Este año, además, doy un Taller de lectura y dos horas de Francés segundo idioma en 2º de ESO, así es que, no me aburro, no.
En el Taller he introducido elementos de gamificación. Los alumnos poseen un pasaporte en el que deben ir consiguiendo sellos si leen, si realizan las actividades, si ganan los concursos que voy haciendo… Una vez al mes hacemos recuento de sellos y los cinco mejores pueden obtener unas tarjetas de premios como las que se ven en la imagen:
Foto original de @bertaocana.
El otro día hubo un cuádruple empate en la quinta posición del ránking de puntos, por lo que los cuatro alumnos lideraron cuatro grupos con los que hicimos una lectura a coro que, costó trabajo, pero que, finalmente, quedó muy bien. Aquí la dejo por si la queréis escuchar: «Los caballos del capitán», por los alumnos de 1º de ESO E del IES Almudeyne.
En Francés también trabajamos de forma individual y en grupos, he introducido las tarjetas de premios y de recompensas, hemos eliminado los exámenes, hacemos pruebas cooperativas y estoy ideando varias actividades de carácter más activo como una sencilla gamificación, juegos de preguntas, etc.
Conclusión de conclusiones
La conclusión de esta conclusión es que es una gozada poder enseñar así y poder acompañar a los alumnos de una forma más cercana. Codo con codo. Visitando continuamente sus mesas. Charlando con ellos. Animándolos y, sobre todo, viendo cómo disfrutan aprendiendo. Este es el mayor regalo que me puedo llevar de esta aventura.
El anticuaderno ha resultado ser una de las mejores actividades de este curso 17-18. Mis alumnos han disfrutado mucho y yo con ellos y no sólo eso, hemos compartido experiencias y vivencias que de otro modo no hubiéramos hecho. El anticuaderno ha crecido y ha evolucionado con ellos y como ellos a lo largo del curso. Muchos de ellos lo nombran en la evaluación que hicieron de mí y de la asignatura como una de las actividades que más les ha gustado.
Y dicho esto… ¿de dónde salió la idea del anticuaderno?
El verano pasado regalé a un par de adolescentes el libro Destroza este diario. No sé cómo, pero a partir de haberlo regalado, me topé con otros libros similares a este, entre ellos Esto no es (sólo) un diario. Me picó la curiosidad por conocerlo, lo compré y… tuve una revelación: ese libro me serviría como base para una actividad nueva con mis alumnos de 2º de ESO. Así es que empecé a ojearlo y a elegir qué páginas me convendrían para lo que llamaría «Esto no es (sólo) un cuaderno de Lengua». A medida que iba analizando su contenido, me iban surgiendo ideas nuevas para ese «cuaderno distinto de Lengua».
Tengo que reconocer que, en principio, iba a ser bastante parecido al libro, pero luego… fue cobrando vida propia y haciéndose diferente del original. Casi sin hacerme consciente de ello, «Esto no es (sólo) un cuaderno de Lengua» pasó a ser «el anticuaderno».
Anticuaderno.
Pero ¿qué es el anticuaderno?
En un primer momento iba a ser un segundo cuaderno de Lengua con actividades entretenidas que se salían del currículo. Empezaron registrándose (como en una página web), haciendo un acróstico con sus nombres y sus gustos, hablando de sus metas (a raíz de una historia muy bonita sobre los peces koi, pero eso será el motivo de otro post… :-), de los imprescindibles en sus vidas… una ventanita a ese grupo de casi 60 adolescentes de 13-14 años con el que estaría todo el curso.
Pero el anticuaderno, como ya he dicho antes, fue creciendo, madurando, haciéndose independiente del libro de donde había sido ideado y empezó a plantear actividades propias, personales, cargadas de emociones, en donde cada uno ponía un poquito de sí mismo y, si quería, lo compartía con los demás en los minutos iniciales del comienzo de la clase. Así, ¡menudo comienzo! empezábamos con muchas ganas y con muy buen sabor de boca porque nos estaban dejando ver a todos un trocito de sus corazones.
Anticuaderno customizado.
Sueños.
Las 7 normas de tu reino.
Regalos de Reyes.
Carta a sus futuros hijos.
El árbol de mi vida.
Si fuera; carta extraterrestres.
Página libre.
Algunas de las actividades
Entre ellas, como se puede observar en las fotos anteriores, estaba hablar de sus mejores amigos, expresar sus sueños, establecer cuáles serían las siete normas de su reino, contar qué les han traído los Reyes, escribir una carta a sus futuros hijos; simbolizar en un árbol sus vidas, jugar al «si fuera», o en la página libre expresar su amor por su equipo favorito. De todo y para todos los gustos. Hemos compartido mucho, nos hemos reído con algunas payasadas, hemos llorado con algunas rupturas, hemos reivindicado, hemos pensado, deseado, soñado…
El anticuaderno se me escapó de las manos y dejó de ser una idea mía, para ser una creación colectiva, porque incluso me han sugerido algunas páginas que querrían que tuviera. Ahora que se habla tanto de educación emocional y de emociones, sin quererlo ni buscarlo, el anticuaderno ha sido un muestrario de las emociones de mis queridos adolescentes. ¡Cuánto he disfrutado escuchándolos! ¡Cuánto he aprendido de ellos!
¿En qué momento, cómo y para qué?
Sí, esto también es digno de ser explicado: ¿cuándo, cómo y para qué lo hacían?. Durante el primer trimestre era una actividad diaria. Comenzamos la clase con una historia y a continuación leíamos la tarea del día anterior y proponíamos una nueva. Los que terminaban lo que hubiera que hacer esa jornada antes de acabar la hora, podían ponerse con el anticuaderno, los que no, lo hacían en casa.
Al finalizar el primer trimestre algunos sugirieron que hiciéramos el anticuaderno menos días, que tenían mucha tarea, así es que pasamos de cuatro a dos días, en este caso, para poder recordarlo bien, los lunes y los viernes (primer y último día de la semana). Después volvieron a pedir fuera todos los días, pero decidí que con dos estaba bien. Lo bueno si breve…
¡Ah! He olvidado decir que el anticuaderno ha sido una actividad completamente voluntaria. Lo hacía quien quería y no repercutía negativamente en la nota, al contrario, el alumno que, a final del trimestre presentara el anticuaderno con (más o menos) todas las actividades hechas, podía obtener medio punto extra en la nota final del trimestre. Como todo, dime que es obligatorio y no lo hago, dime que es voluntario y lo hago. He tenido alumnos que tenían más páginas escritas en el anticuaderno, que en el propio cuaderno de Lengua 😉
Frases chulas.
¿Habrá anticuaderno el curso próximo?
¡Por supuesto! Reutilizaré muchas de las actividades de este año, pero también iré dejando que vayan surgiendo otras, que los alumnos las vayan inventando. Dejaremos que, como este año, el anticuaderno sea una ventana a esas almas adolescentes tan deseosas de ser ESCUCHADAS, que vuele, que crezca y evolucione a su aire, que sea nuestro emocionario particular…
Y no quiero terminar este post sin dar las GRACIAS muy grandes y expresamente a mis alumnos de 2º de ESO A y B de este curso 17-18. Gracias porque sin vosotros el anticuaderno no habría sido posible. Gracias porque le habéis puesto el corazón a cada palabra que escribíais y a cada dibujo que hacíais. También porque me habéis hecho emocionarme en muchos momentos (aunque no se haya notado) y me he sentido tremendamente orgullosa y afortunada de teneros como alumnos.
En busca del cero perdido es una aventura que deberán vivir los alumnos de 2º de ESO a principio de curso, en los primeros días de clase, y que tiene como principales objetivos conocer algunas actividades relacionadas con la materia, motivar y entusiasmar a los alumnos a un aprendizaje activo y conseguir una «nota positiva», es decir, un 10.
¿En qué va a consistir «En busca del cero perdido»?
En busca del cero perdido va ser una gamificación ambientada en el personaje de Indiana Jones y en concreto en la aventura en la que busca el arca perdida. Para captar la atención de los alumnos, la profesora aparecerá disfrazada de Indiana Jones y les contará que un malvado villano «Eraser», ha robado todos los ceros del mundo. Seguramente los alumnos se alegrarán, a lo que ella responderá que no es algo tan bueno, porque sin ceros no hay dieces y que si completan la aventura y rescatan los ceros perdidos, conseguirán su primer 10 del curso.
En este storyboard puede verse de forma más visual:
Tras la llegada de la «profeóloga» (profesora arqueóloga que se asemeja a Indiana Jones) y la motivación con un vídeo como el que mostramos a continuación, los alumnos deberán ir superando una serie de retos o pruebas con los que irán consiguiendo los trozos de un puzle que tendrán que montar al final de la aventura y que les proporcionará el «cero» que van buscando. Durante toda la aventura (una sesión) sonarán de fondo temas de las distintas películas de Indiana Jones para conseguir imbuir a los alumnos en el ambiente y motivarlos a la acción.
Pruebas (Guion narrativo y retos)
Lo primero que tendrán que resolver los alumnos será un jeroglífico. Cuando lo consigan se les entregará un «billete de avión» para poder viajar a El Cairo, lugar donde se desarrolla la aventura y un mapa de la cámara de los mapas donde la profeóloga irá tachando los avances que vayan realizando hasta llegar al final.
Imagen libre de derechos tomada de Pixabay.
A continuación, el reto consistirá en realizar un pasapalabra creado con la app Educaplay. Al terminarlo se les entregará una pieza del puzle del cero. Varias de las palabras de la ruleta del pasapalabra serán la contraseña para poder pasar al siguiente nivel y avanzar en la cámara de los mapas.
En tercer lugar, deberán descifrar un mensaje secreto, que les abrirá una puerta en el entramado de la cámara. Para acceder al mensaje y al lenguaje secreto con el que traducirlo, tendrán que escanear un código QR que aparecerá en la pizarra. Emplearán la app QR droid o cualquiera que permita leer QR. Al descifrar el mensaje descubrirán que pueden avanzar en la cámara y se les entregará otra pieza del cero perdido.
El siguiente reto vendrá en un sobre cerrado y consistirá en un montón de recortes de palabras y un texto con huecos en blanco en el que tendrán que insertar las palabras. El problema será que el malvado Eraser habrá borrado esas palabras, igual que los ceros y tendrán que realizar una prueba al final del juego para obtener esas palabras. De nuevo obtienen otra pieza del puzle y pueden seguir caminando por la cámara de los mapas.
En último lugar, para tachar el último apartado del mapa de la cámara de los mapas, tendrán que realizar un cuestionario interactivo realizado con la app Quizizz o Kahoot sobre los contenidos vistos el curso pasado. (Puede servir de prueba inicial, mucho más entretenido que el típico examen ¿no?). Al finalizarlo obtendrán la pieza del puzle que las falta y, por tanto, habrán obtenido el cero perdido, pero… ¡cuidado! la aventura no ha terminado ya que les faltan las palabras que borró Eraser.
Para conseguir las palabras deberán inventar una canción que se adapte a la melodía que es la banda sonora de Indiana Jones. La letra de la canción tendrá que tener un mínimo de 10 versos, de los cuales tres deben ser octosílabos y dos endecasílabos. El contenido debe tener que ver con la aventura vivida.
¿Qué ocurre al final? Desenlace
Una vez que han superado los retos y que han solventado la injusticia cometida por Eraser, habrán realizado el puzle del cero y la profeóloga les concederá una de las piezas más valiosas de su «Museo de notas»: el 1 de Dedwen (deidad egipcia de la buena fortuna). Con esta y con el cero perdido tendrán el ansiado 10 que comenzará a llenar el cuaderno de notas de la profeóloga. Se les entragará una insignia o badge creada con la app Makebadges que lo acredite y que deberán pegar en su cuaderno de clase para que cada vez que lo abran recuerden que comenzaron el curso obteniendo un 10.
Reflexión final
Este juego puede resultar interesante sólo con los retos que los alumnos deben superar, pero, obviamente, es mucho más atractivo y motivador con el acompañamiento de una narrativa.
En realidad, las historias tienen un poder incalculable sobre nuestros alumnos y habitualmente no las solemos utilizar como recurso. Sus posibilidades son múltiples: para comenzar la clase; para ilustrar algo de lo explicado; para educar en valores en la hora de tutoría; para motivar a realizar una actividad; o, como en este caso, para acompañar y mejorar una gamificación.
Quizás la película de Indiana Jones no sea del todo conocida para los chavales de 2º de ESO, pero aunque no la conozcan, tiene elementos que pueden «engancharlos»: lo exótico y alejado (desarrollada en El Cairo). Lo antiguo en el tiempo (aventureros y reliquias relacionadas con la cultura egipcia). Un villano (el malvado Eraser). Un acompañante de los héroes o protagonistas (la profeóloga).
Si todo es una historia y continuamente estamos contando anécdotas e integrándolas en nuestra vida diaria ¿por qué a la hora de aprender y de enseñar no emplearlas y rentabilizarlas para una experiencia más completa, divertida y motivadora?