Tres actividades de presentación

Tres actividades de presentación

¿No sabes qué hacer los primeros días de clase? ¿Quieres conocer a tus alumnos y que se den a conocer de manera sencilla y divertida? Te propongo tres actividades de presentación que te pueden funcionar muy bien y que seguro que gustarán a tus alumnos.

¡Allá voy!

Tres objetos

Esta actividad está pensada para realizarla con cualquier nivel. Dependiendo de la edad de los alumnos se puede pedir mayor o menor profundidad en la exposición.

Se pedirá a los chavales tres objetos con los que se sientan identificados y que los definan. Deben presentarse explicando los tres objetos y siguiendo un breve esquema, que se evaluará con una rúbrica:

  • Saludo.
  • Nombre, apellidos, curso, instituto…
  • Muestra de los tres objetos.
  • Explicación de por qué cada objeto es importante para ellos.

Esta es una manera de que vayan perdiendo el miedo a hablar delante de un público y que lo hagan de forma progresiva, ya que se irá aumentando la dificultad de la exposición y se irá profundizando en los contenidos que se precisen.

Música, deportes, libros, ropa, móviles… están entre sus preferencias, pero también la pintura, la naturaleza, la semana santa, los videojuegos, el dibujo, el baile y otras muchas más.

Perfiles de Linkedin

Cada vez más nuestros alumnos utilizan las redes sociales para comunicarse, hacer amigos, mostrar sus fotos y actividades. Este es un pretexto fantástico para hacer una aproximación de estas redes al aula y de que supongan una motivación para el aprendizaje. De ahí surge otra de las tres actividades de presentación: el perfil de LinkedIn.

Quizás esta es una de las redes que aún no conocen nuestros alumnos… vamos a mostrársela. Y que el hecho de no tener ordenadores, móviles o tablets no sea un problema: crearemos páginas de LinkedIn analógicas.

De nuevo nuestros alumnos podrán presentarse y darse a conocer escribiendo un perfil de LinkedIn y contándolo posteriormente a sus compañeros. Elementos esenciales en el perfil serán:

  • El aspecto visual de la página (Debe parecer que hemos accedido de verdad a LinkedIn)
  • Foto o dibujo de ellos.
  • Nombre, apellidos y tres virtudes que los definan.
  • Aficiones.
  • ¿Qué pueden aportar al grupo?
  • ¿Qué les gustaría ser de mayores?
  • Otras cuestiones que nos interese conocer.

Una vez acabados, se pueden exponer oralmente los perfiles en clase y mostrarse en algún lugar reservado para ello.

Juego de los «emotimonos»

Aprovechando el auge de los emojis se puede hacer una actividad de presentación muy divertida y sencilla (doy fe de ello porque mis alumnos de 1º de ESO estaban enloquecidos con el juego)

Necesitaremos imprimir los tres emoticonos de los monos sabios y repartirlos aleatoriamente entre los alumnos. Dependiendo del emoji que les toque, deberán presentarse cumpliendo un requisito. En la infografía de abajo queda explicado

  • Emotimono de los ojos tapados: ¿podrán contestar tres preguntas que no verán ya que están escritas con tinta invisible?
  • Emotimono de las orejas tapadas: ¿serán capaces de leer los labios de un compañero y contestar sus preguntas?
  • Emotimono de la boca tapada: ¿quién se atreverá a responder a preguntas sobre ellos sin palabras, sólo con gestos?

Os aseguro que ha sido una revolución, sobre todo las caras al ver que las preguntas del emotimono ciego estaban escritas con tinta invisible.

¿Y vosotros, qué actividades de presentación hacéis? Podéis compartirlas en los comentarios.

Si quieres conocer actividades de otro tipo, puedes pinchar aquí (para repasar la lírica) o visitar el blog.

Actividades de expresión oral: teatro improvisado y la caja de las historias.

Actividades de expresión oral: teatro improvisado y la caja de las historias.

Este curso he decidido introducir algunas actividades de expresión oral no formales en mis clases: la caja de las historias y el teatro improvisado y, la verdad, es que ambas están teniendo mucho éxito, a mis alumnos les están gustando bastante y están participando de forma espontánea en ellas. Y lo mejor de todo, a mi juicio, es que se están divirtiendo y están perdiendo el miedo a las intervenciones en voz alta delante de toda la clase.
Las dos las realizamos en los cinco minutos finales de la clase, en un ambiente más distendido y no todos los días, así hay más ganas de hacerlas y las esperan con más emoción. Ellos saben desde el principio de la hora si toca teatro improvisado, caja de historias o nada. Saben que si nos demoramos demasiado en las explicaciones o corrigiendo porque charlen más de la cuenta, perdemos tiempo del teatro o de la caja e, incluso, corren el riesgo de no poder hacerlas ese día. Y saben que se van a divertir mucho. Lo que no saben es todo lo que aprenden sin darse cuenta, el buen rollo con el que terminamos las clases y que los tengo «enganchados» sin que se percaten.
Y, bueno, paso a explicar brevemente en qué consisten las dos actividades. En el teatro improvisado les planteo una situación dramática en la que participan cuantas más personas mejor. Yo me meto en el papel de un personaje que conduce esta situación teatral y que les va dando voz a los alumnos, otorgándoles un papel que ellos no eligen, pero que deben representar. De este modo, hemos montado en un autobús que iba a Choricillo del Valle con una mujer un poco cotilla y metomentodo que se asombra de que el conductor tenga catorce años y que rebusca en los bolsos y en las vidas de cada pasajero; hemos estado en la sala de espera de la consulta del médico con Anselmo, sus dolores de pierna y sus intentos de sobornar a médico y pacientes para no esperar cola o hemos asistido al juicio dirigido por la jueza Ocaña en el que juzgaban a un presunto ladrón por haber robado un boli sin tinta, un paquete de chopped vacío y otros objetos poco útiles, abogados, fiscales, acusado, testigos y el afectado pasan por el estrado conducidos por un alguacil. Y nos quedan muchas más situaciones: en una peluquería, en una reunión de negocios, en una clase magistral en la Universidad, en el robo de un banco, regateando en un bazar, en un rodaje de una película, en el patio de una guardería…
NP exp oral 1
(Foto tomada de Pixabay)

La caja de las historias es el segundo paso de mi intento de convertirme en cuentista y de llevar historias a clase. En un principio, todos los días contaba una breve historia a mis alumnos en los primeros cinco minutos de clase para captar su atención y lograr que se metieran en la clase y se concentraran. La verdad es que surtió efecto, pero requería mucho trabajo para mí, porque todos los días tenía que buscar una historia que creyera que les podía interesar, leerla y memorizarla (aunque las historias siempre sufrían cambios debido a mis lapsus de memoria…) Así, dejé de contarlas a diario, para dedicar sólo los viernes a narrarlas. Pero como la rutina en ciertos aspectos de mi vida no me aporta nada, decidí avanzar y cambiar la forma de contar las historias: las improvisaría, seguiría unos parámetros e invitaría a mis alumnos a convertirse también ellos en cuentistas; de ahí nació «la caja de las historias»

NP exp oral 2
Una caja de tomates, treinta y una tarjetas con las funciones de Propp, tarjetas con personajes y tarjetas con lugares y fechas: eso es la caja de las historias. Cogemos al azar una tarjeta de cada tipo y… dejamos volar nuestra imaginación. Nos han salido historias fantásticas, realistas, de amor, de muerte… Todo tiene cabida en la caja de las historias. Tras hacerlo yo unas cuantas veces, mis alumnos se han lanzado a inventar y narrar ellos historias también. Terminadas estas, vemos sus puntos fuertes y sus puntos débiles: extensión, estructura, empleo del lenguaje… Así matamos dos pájaros de un tiro. Les gusta y a mí me gusta y me gusta que les guste.