¡Sin exámenes!

¡Sin exámenes!

¿Sin exámenes? Así es, yo ya no hago exámenes. Quizás este post no sea del agrado de muchos, no lo pretendo. Ni molestar ni criticar a los que los hacen y creen en ellos. Simplemente a mí ya no me valen y quiero explicar por qué.

El origen

Hace tres cursos, charlando con una amiga que también es profesora, nos cuestionábamos cómo evaluar a los alumnos en Bachillerato, puesto que sólo con una o dos pruebas… no podíamos comprobar verdaderamente si un alumno había aprendido. Mi amiga estaba experimentando y yo decidí probar también. Así es que, en el curso 17-18, en la tercera evaluación, con un grupo de 1º de Bachillerato me lancé a evaluar sin exámenes.

¿Sabéis la primera conclusión a la que llegué? Que valorando todo el trabajo que hacían los alumnos y dosificándolo a lo largo del trimestre suspendieron los mismos que en las evaluaciones anteriores no habían hecho nada. Y que el alumnado trabajador que pinchaba en los exámenes, de este modo tenía una oportunidad de oro para sacar la materia adelante.

También tengo que decir que, por contra de lo que piensen algunos, evaluar sin exámenes conlleva muchísimo más trabajo que hacerlo con ellos: hay que pensar más las actividades y elaborarlas mejor, hacer plantillas y rúbricas de corrección…

Exámenes
Imagen libre de derechos tomada de Pixabay.

En el curso siguiente…

Con la buena experiencia del curso anterior decidí que no haría exámenes en ningún nivel. Y ese año tendría dos 2º de Bachillerato. ¡Qué osada! Reconozco que dudé mucho tiempo de si debía hacerlo o no. Al final, sólo para 2º de Bachillerato opté por una solución intermedia (sí, a causa de la temida Selectividad): hacer pruebas únicamente de la teoría de los temas de Literatura una vez que los hubiéramos trabajado en clase y dedicarles sólo media hora a dichas pruebas.

Es decir: primero proporcionaba el tema teórico a mis alumnos (a través de una carpeta compartida ubicada en este blog). A continuación les proponía actividades diversas para que tuvieran que leer y trabajar el tema: concursos en los que ellos debían elaborar las preguntas, Visual Thinking, pequeñas investigaciones, exposiciones orales… Acabábamos siempre con la «prueba»: treinta minutos y sabiendo qué tema entraba porque era el que habíamos visto en clase. No estudiarlo era evidenciar que no lo habían trabajado y que había falta de interés.

(Aquí me gustaría hacer un inciso para decir que podría no haber hecho estas pruebas ya que, en Andalucía con el cambio del modelo de examen de Lengua en Selectividad, la pregunta teórica sólo valía, (vale) un punto, pero no iba a ser yo quien les dijera que no lo estudiaran. Los temas quedaron todos vistos, la decisión de estudiarlos o no estaba en sus manos.)

En el resto de niveles, hacía pequeñas pruebas para las que ni siquiera avisaba porque siempre las realizábamos tras acabar algún contenido interesante. Pero tampoco me convencía. Si es sin exámenes, debo evaluar sin exámenes, me decía a mí misma.

Resultados
Imagen libre de derechos tomada de Pixabay.

Resultados

Imagino que os interesará saber cómo fueron los resultados en Selectividad. La mayoría de mis alumnos aprobó Lengua. Alguno suspendió. De los alumnos que sacaron mejores notas hubo varios que estudiaron los temas teóricos con los Visual Thinking hechos en todo el curso. Y quiero contar la anécdota de una alumna que rozó el sobresaliente (8,75, creo recordar). Escogió la opción de examen donde la pregunta teórica era «La poesía desde los años 70 a nuestros días». No se había mirado ese tema, pero se acordó del trabajo que habíamos hecho en clase en el que habían tenido que investigar sobre las vertientes de la poesía actual, reflexionar sobre los modos de hacer y difundir la poesía hoy en día y habían tenido que intentar interactuar con un poeta actual y hacerle alguna pregunta en relación con su forma de escribir, sus orígenes… Todo esto lo expusimos en clase. Así es que decidió elaborar en el momento su respuesta. ¡Salió muy contenta! Y el resultado fue bastante bueno.

En los demás niveles el índice de aprobados aumentó ligeramente debido a lo que ya he dicho antes: de esta manera el alumno que trabaja obtiene un buen resultado frente al temible examen en el que, al que le cuesta más trabajo estudiar y memorizar, falla.

En la actualidad

Tampoco hago pequeñas pruebas. Actividades de diversa índole que voy evaluando o que van autoevaluando ellos. Visual Thinking, cuestionarios, realización de tareas en grupo, exposiciones orales, reflexiones sobre cuestiones de Lengua o Literatura, expresiones escritas, juegos… Todo se puede evaluar (bueno, la creatividad no aparece en ningún estándar, pero de eso hablaré en otro post) siempre y cuando busquemos la manera de hacerlo. Ahora, me fijo más en los criterios (y estándares) para elaborar las actividades que voy a evaluar, aunque todavía tengo que mejorar en este aspecto. Ahora (desde hace dos o tres cursos) también he desterrado el libro de texto de mis clases y me siento menos encorsetada (que me disculpen las editoriales), más libre.

Ahora mis alumnos trabajan más y mejor. Y yo más. Pero veo que aprenden, que disfrutan y que están relajados en clase. Al menos mi asignatura no les genera estrés.

A mí me merece la pena. Cuando vea que el método hace aguas, tendré que volver a pensar cómo hacerlo, mientras tanto, como CREO que funciona, sigo trabajando así. No es ni mejor ni peor que hacer exámenes. Es mi forma de enseñar.

enseñar
Imagen libre de derechos tomada de Pixabay.

¿Os gustaría compartir vuestras opiniones y/o experiencias al respecto? Os espero en los comentarios. Y si le echáis un vistazo al blog y a las actividades y os gustan, me encantará saberlo.

A gamificar se aprende gamificando ¿o no?

A gamificar se aprende gamificando ¿o no?

A gamificar se aprende gamificando

A gamificar se aprende gamificando ¿verdad? Desde que descubrí la palabra «gamificar» se ha convertido en una de mis favoritas. Me encanta como suena y, sobre todo, me encanta lo que significa ‘uso de elementos relacionados con el juego, en contextos ajenos a este’. Así es que he decidido dar un giro de tuerca al último reto que se nos plantea en el MOOC y poner en práctica la gamificación gamificando.

Y lo sabes…

Sí, lo sabes, este no va a ser un post al uso, si quieres conocer los elementos de mi prototipo vas a tener que jugar conmigo e ir superando retos que te llevarán a enterarte de qué va mi gamificación. Que sepas que a partir de este momento hay un ejército de profesores zombis antigamificadores que te persiguen pisándote los talones para matar tu creatividad y convertirte en uno de ellos. ¡Corre! ¡Huye! Supera todos los retos y escapa de ellos antes de que te alcancen y te transformen. A medida que vayas superando los retos, irás consiguiendo desbloquear todos los elementos de mi prototipo que te irán proporcionando inmunidad y sabiduría y armas gamificadoras.

Imagen libre de derechos tomada de Pixabay

Lo primero es lo primero

Antes que nada debes elegir un avatar con el que sentirte identificado/a. Tienes a los profes molones y a los profes zombis. ¿Me puedo imaginar cuál vas a elegir? (A pesar de que los profes zombis han quedado muy monos… 🙂

Imágenes realizada con creavatars.com

  y avachara.com

Una experiencia memorable

Tienes que crear tu prototipo, tienes que echar un ojo al trabajo de tus compañeros, alguno incluso tendrá que evaluar este trabajo y… seamos sinceros, con el verano por delante y el final de curso a tus espaldas, no te apetece nada. ¡No te preocupes! Esta experiencia evaluadora te resultará memorable. Vas a evaluar una gamificación, gamificando ¿te lo puedes creer? Diviértete conmigo y si al final no lo consigues o no te gusta este modo de intentar hacer original el reto, espero que seas comprensivo/a y que perdones mi osadía.

Reto 1

Con tanto preámbulo y tanta captatio benevolentiae no has sido consciente de que el ejército de zombis antigamificadores viene hacia ti. Ojos desencajados, cabezas ladeadas, ropas hechas jirones, manos crispadas y una cantinela que taladra tu cerebro: «¡No gamificar, no gamificar!» Si no actúas rápido te convencerán igual que las sirenas con su canto a los marineros, ¡vamos! resuelve este jeroglífico para desbloquear la primera parte de mi prototipo.

@bertaocana

¡Sí!

Así es.

La palabra clave es «gamificación». Has conseguido un código QR que si escaneas, te dará acceso a los dos primeros elementos de mi prototipo: objetivos y destinatarios.

Generado con QR Droid

Los tres objetivos son dardos que podrás disparar a los zombis y que harán que su paso se ralentice y qué decir de los destinatarios… Una horda de adolescentes hormonados echa para atrás a cualquier ejército de zombis antigamificadores, aunque no por mucho tiempo, así es que ¡venga! no te pares tanto a celebrar esta primera victoria y continúa con el segundo reto.

Reto 2

Ahora tendría que hablar sobre la narrativa de «En busca del cero perdido», pero para poder enterarte de qué va el asunto, tendrás que realizar dos acciones. En primer lugar, debes descubrir los tres números que forman la contraseña que abrirá el candado para poder llevar a cabo la siguiente actividad. Esos tres números están en los enlaces que encontrarás a continuación. (De paso puedes leerte los artículos, son muy interesantes, aunque mejor reserva la lectura para más tarde, la sombra de los zombis acecha a la vuelta de la esquina). Pista:

Azahara: veintitrés; Clara: cincuenta y siete; Miguel Ángel: azul tres

Imagen libre de derechos tomada de Pixabay

No era nada difícil ¿verdad? Sólo había que contar… treinta y uno, cuatro y quince. Marcas los tres números en el candado y… ¡genial! puedes acceder a la siguiente prueba, una charada. Una vez la resuelvas, se desbloqueará el apartado de la narrativa.

Charada

Una lo cuenta, tres es acción de tercera.

Dos no es para mí, sino para 2ª. Todo es historia ¿no te enteras?

No le des muchas vueltas, es más fácil de lo que parece, además, ¡no tienes más tiempo de pensar! ¡actúa! el aliento de los zombis antigamificadores comienza a calentarte el cogote…

¡Sí, bravo! Has dado con la tecla, la palabra es «narrativa», sólo con ella puedes conseguir el acceso para conocer de qué va la mía. Escanea de nuevo.

Te estás superando y, además, (por si no lo tenías claro), estás plenamente convencido/a de que a gamificar se aprende gamificando. Frase que se te va a grabar a fuego en cada una de tus neuronas. Has obtenido un nuevo código QR y has podido conocer otro elemento más de mi prototipo: la narrativa. Dicen que las palabras se las lleva el viento, pero en este caso no corre ni una gota y al haber superado este reto consigues el poder de la palabrería. Sueltas una perorata a los zombis antigamificadores que, dada su baja capacidad de comprensión, los deja atontados intentando comprender algo de lo que has dicho y, así, mientras escapas de nuevo hacia el siguiente reto.

Reto 3

Cada vez estás un poco más cerca de conseguir tu objetivo y poder conocer mi prototipo completo. No te duermas en los laureles y continúa la aventura, ahora tendrás que demostrar todos tus conocimientos sobre dinámicas, mecánicas y elementos digitales superando un duro test de verdadero o falso para acceder al siguiente código QR. ¡No tardes! El poder de la palabrería dura poco…

Test creado con GoConqr por Berta Ocaña

Estoy convencida de que has obtenido el 100% y de que puedes pasar a escanear el nuevo código, el que te llevará a las dinámicas, mecánicas, componentes y elementos digitales de mi prototipo.

¡Horror! Te has topado con uno de los enemigos más mortales que podrías haber encontrado, menos mal que todavía te quedaban unas gotas del poder de la palabrería y seguro que has superado el obstáculo que ha intentado ponerte Zomspector. Ahora sí, aquí tienes otra parte de mi prototipo:

Sé que las fuerzas empiezan a fallarte, pero ¡venga! no desesperes, sólo te queda un reto por conseguir y habrás conseguido las cuatro partes que componen mi prototipo (y ya sólo tendrás que evaluarlo… ¡uf!). Zomspector y el ejército de zombis se han quedado enredados con las leyes, órdenes, artículos e instrucciones de la prueba anterior, es tu oportunidad para alcanzar la última parte del prototipo.

Reto 4

¿Serás capaz de demostrar todo lo que sabes sobre gamificación? Intenta superar esta ruleta de palabras y consigue una explosión gamificadora que eliminará al ejército de zombis antigamificadores que te persigue y que, tras la nube de humo de la explosión, te dejará ver la última parte de mi prototipo. ¡Ánimo, valiente!

Ruleta gamificadora

¡Lo sabía!

Estaba convencida de que podrías superar este último reto y, por tanto, obtener el último documento de mi prototipo. ¡Enhorabuena!

Gracias

Espero haberte convencido de que a gamificar se aprende gamificando. Te doy las gracias por la paciencia infinita de llegar hasta el final y de acompañarme en esta locura de mezclar gamificación con gamificación. Yo termino exhausta, pero contenta con el resultado. Estaré encantada de recibir todas tus aportaciones en forma de comentarios en este post. Gracias de nuevo y… ¡A gamificar!